Aquí mi Gigante

Una comedia dirigida por Michael Lehmann (El Gran Halcón (Hudson Hawk), Cabezas Huecas (Airheads), La Verdad sobre Perros y Gatos (The Truth About Cats & Dogs) o 40 Días y 40 Noches (40 Days and 40 Nights)) y con guión y producción de Billy Crystal, que interpreta a un agente perdido en Rumanía que se topa con un gigantón al que tratará de convertir en estrella de cine. Dudo que la película llegara a estrenarse en algún cine de nuestro país, aunque sí ha sido editada en vídeo.

En la cinta se incluyeron algunos temas musicales ajenos al compositor (Hamlisch, Gershwin...), pero el score, por desgracia inédito, destaca sobre todo lo demás. Shaiman compuso un par de temas dulces y desbordantes de nostalgia, que toman toda su fuerza en la segunda parte de la película (en varias adaptaciones), que pueden contarse entre lo mejor del compositor y son todo un antecedente de sus obras cumbres en este sentido (como Simon Birch). Otra vertiente del score, tal y como se puede apreciar en la película, es la cómica. Son temas que estriban desde el clásico mickey-mousing del autor a temas a ritmo de swing. Las situaciones diversas de la película dieron mucho juego al compositor, valgan como ejemplo las escenas que transcurren en un monasterio (música de sonido judío y con el uso de violín y órgano de iglesia) o los espectaculares rodajes de cine (sonido espectacular, en un tono crecido acorde a pasajes de scores tan magistrales como La Familia Addams). El resultado es un trabajo brillante, muy completo y variado, donde aún tiene cabida algún pasaje musical de sonido poco frecuente (incluso diría que nuevo) en la obra del autor (música muy "urbana", en la que se citan piano, clarinete, ecos de guitarra eléctrica...) y que nos hacen desear urgentemente una edición en compacto.

La banda sonora puede estructurarse de la siguiente forma:

1. Tema principal. Cómico, fusión de jazz y sonido de raíz, dada la localización de gran parte de la trama en Rumanía, además de las referencias a la familia judía del protagonista (de nuevo obsesión por la comida, como en El Showman de los Sábados). Destaca el uso del violín. El tema es adaptado en muchas ocasiones. Y sus notas sirven para concebir un tema cómico secundario.
2. Música incidental para el accidente, rescate y encuentro con el gigante. Varía totalmente en tono. Emocionante y de tono muy crecido, desemboca en curiosos recursos, como los coros celestiales cuando el protagonista cree ser rescatado por Dios o los pasajes casi terroríficos en el momento del encuentro con el gigante (Max).
3. Música del monasterio. Son breves pasajes de música de tono étnico e instrumentación acorde, destacando el órgano de iglesia, usado a veces como recurso cómico.
4. Música cómica incidental. En este cajón desastre podemos incluir numerosos pasajes de subrayado cómico, incluyendo notas del tema principal que se adaptan para esta clase de material.
5. Tema de amor 1. Es un de los dos bellos temas “de amor” de la película. Aparece en la relación del gigante Max y el protagonista, por lo que podría ser considerado como un tema tierno y dulce para la amistad entre ellos, aunque conforme avanza la acción aparece junto al tema de amor 2 (lo citamos a continuación), de modo que en otros momentos es también usado para hacer referencia al amor platónico de Max. Este es uno de los mejores temas de toda la obra de Shaiman.
6. Tema de amor 2. Otro bellísimo tema. Este, junto al anterior, suponen dos grandes joyas, no solo de la banda sonora, sino de toda la filmografía del compositor, en especial el anterior. Ambos temas son recurrentes en adaptaciones varias, con obligado uso del piano 100% Shaiman. Es curiosa una variante emocionante “de acción”, usada una sola vez, bajo una orquestación totalmente diferente.
7. Otros temas incidentales. Son cortes emocionantes destinados al rodaje de la película, así como la propia banda sonora de la misma cuando los protagonistas la visionan en el cine. Destaca un tema atípico respecto al resto de la obra. Aparece para el tramo final de la película, y su sonido no guarda apenas relación con el resto de la obra: clarinete, ecos de guitarra acústica, piano (a lo Fantasmas del Pasado) y curiosa base.

Es una verdadera lástima que esta composición quede en el olvido, más cuando alberga dos grandes temas de amor, como decía, de lo mejor de toda la obra del autor.


7.75