Misery
Una de las pocas adaptaciones basadas en una obra de Stephen King que resulta realmente memorable.
Es una película vital en la filmografía
de Shaiman pues supone su puesta de largo en el cine y es,
además, la confirmación de una feliz colaboración con el a veces brillante Rob Reiner.
Emerge además como un score atípico en una obra dominada por la comedia, el musical y los sentimientos.
El autor bromea: "Rob Reiner me contrató para componer la música a pesar de que soy un tipo divertido.
Nada sobre mí le indicaba que yo fuera adecuado para ese trabajo, pero él se dejó guiar por su instinto."
El compositor abordó el score partiendo de un temp track repleto de Jerry Goldsmith, lo que le situó frente a
un duro reto: componer algo más denso que sintonías para programas de televisión. El proceso, que se apartaba
radicalmente del tipo de trabajos que había realizado hasta entonces, supuso para él una especie de rodaje,
un aprendizaje, sabiendo que él no podía aspirar a emular a Jerry Goldsmith.
Nadie diría que el resultado, un score denso y terrorífico, aparente ser un debut, y menos el de un autor con
los antecedentes de Shaiman.
Un tenso trabajo, duro de oir, casi plenamente incidental y apoyado en un motivo de tres notas, simple y efectivo. Un score
cuya tensión sólo encuentra una breve
tregua en los pasajes dedicados al entrañable personaje encarnado por el desaparecido Richard Fansworth.
En la producción destaca la presencia de inseparables del autor, como Hummie Mann en orquestaciones.
Misery emerge, pues, como una de las obras más redondas del compositor, y una clara demostración de
lo que es capaz de hacer más allá de la estricta comedia a la que se ha visto limitado durante años.
El CD se encuentra descatalogado, hecho que sorprende al autor, cuyo sentido del humor le lleva a bromear:
"Tendré que rescatar una caja repleta de esos CDs que tengo en el garaje, para hacerme rico".
Cabe destacar que la edición especial del DVD contiene una breve entrevista con el compositor.
8.5 |