El Inolvidable Simon Birch

Basada en una adorable novela de John Irving, esta película de Mark Steven Johnson (que debutó aquí como director), fue conocida durante su periodo de producción como Angels and Armadillos, A Small Miracle y A Prayer for Owen Meany. En un principio, el nombre de Jerry Goldsmith estuvo asociado a esta composición, aunque finalmente fue Shaiman quien realizó esta única colaboración con el director de proyectos tan horrorosos (y distintos a este) como Daredevil o El Motorista Fantasma.

Con un buen reparto (y secundarios interesantes como Ashley Judd y Oliver Platt), esta conmovedora película toca la sensibilidad del espectador más curtido, y se hace tan inolvidable como el personaje protagonista del título. A ello contribuye de forma esencial el score del compositor, uno de los trabajos más bellos de toda su obra, concebido con el piano como alma y en un momento privilegiado de su carrera, pues por esta época el autor alcanzaría la cumbre con este score y los de Aquí Mi Gigante o Patch Adams.

Con claros momentos cómicos (asociados al armadillo disecado y a otras divertidas situaciones), este trabajo contiene además varios temas de gran delicadeza y dulzura, verdadero prodigio de sensibilidad y un claro exponente del gran talento de Shaiman a la hora de componer grandes temas. Con espacio además para la tragedia, el score queda representado en un compacto (apenas 20 minutos), repleto de temas antiguos (Peggy Lee, Smokey Robinson, The Impressions, The Drifters...) y una sosa balada de Babyface. Por lo tanto queda inédito mucho material esencial de la partitura de Marc Shaiman, y merece la pena asomarse a esta deliciosa película para comprobarlo y pasar un buen rato. Una muestra del mejor cine familiar y una nueva victoria para el compositor.

Los escasos 20 minutos de la edición oficial resumen la obra de Shaiman a través de algunos de los muchos temas brillantes que el autor compuso. La obra puede calificarse de prodigiosa, muy variada y completa, pues alberga una extensa cantidad de temas y motivos, resumibles, a muy groso modo de la forma siguiente:

1. Tema principal. Es el tema de Simon Birch. Excelente y que conocerá versiones varias a lo largo de la película. La versión principal aparece en el corte “Simon´s Theme” del compacto oficial.
2. Temas de amistad. La entrañable relación entre los chavales protagonistas centra esta obra, por lo que la amistad entre años es motivo de varios grandes temas que se resumen en el corte “Friends Forever” del compacto oficial.
3. Temas cómicos. En el compacto oficial quedan mínimamente representados en pasajes del corte “Simon´s Birth” (este corte además incluye pasajes que no vuelven a tener aparición y que son realmente hermosos). Son numerosos los cortes incidentales repletos de notas divertidas, muy variados y que albergan notas entrañables: partidos de béisbol, juegos de clase, la función de Navidad (un animoso corte que incluye notas de un conocido villancico, como recurso cómico), o el descubrimiento del armadillo, entre otros muchos momentos que quedan en lo inédito musicalmente. Mucha y variada música la que propicia esta categoría.
4. Tema secundario de Simon. Es un segundo tema de Simon Birch, también con el piano como protagonista, y aún más triste y sentimental que el principal. Aparece como tema que refleja la aflicción y el drama ante la muerte de la Sra. Wenteworth. Conocera variantes a cuál más emocionante.
5. Tema de la Sra. Wenteworth. Aparece con ella, cuando Simon Birth demuestra su cariño y admiración hacia ella, con notas de harmónica, y recurrente a lo largo de la obra, tanto con su presencia como evocando su recuerdo.
6. Pasajes de acción. Pensados para el dramático accidente final. Es un material novedoso respecto al resto de la composición y realmente emocionante. Excelentes pasajes y muy bien resueltos, con leve base sintetizada y hábil uso del piano como leve subrayado.
7. Canciones ajenas ya citadas. Hasta doce, incluyendo la de los créditos finales, totalmente innecesaria. Las más significativas son el tema de Peter Gunn, de Henry Mancini, usado como apoyo a las labores detectivescas de los chavales, y sobre todo, el tema Fever, que aparece en tres ocasiones, siempre como apoyo al despertar sexual de Simon.

Una de las obras maestras del autor, admirable colección de innumerables temas musicales, excelente subrayado cómico y sentimental, de perfecto dramatismo y una partitura que exige edición completa.


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